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La dieta antiinflamatoria
Su objetivo no es lograr una baja de peso (aunque igual se pierden kilos), sino ayudar al cuerpo a disminuir la inflamación que ocurre producto del consumo de alimentos no saludables. Está inspirada en la dieta mediterránea.
La mayoría de las veces, la palabra "dieta" (del griego: estilo de vida), se asocia con restricciones a la cantidad de calorías que se ingieren, con el objetivo de perder peso. Sin embargo, no todos los regímenes tienen como objetivo que la persona adelgace, sino que también existen aquellos orientados a mejorar el estado de salud en general. Es el caso de la denominada dieta antiinflamatoria, creada por el estadounidense Andrew Weil, médico y biólogo de la Universidad de Harvard.
El Dr. Weil postula que la inflamación crónica que ocurre en el interior del cuerpo, producto de factores como el estrés, la falta de ejercicio, la predisposición genética, la exposición a factores medioambientales y toxinas, y también a malas elecciones en los alimentos que se consumen, perjudica al organismo y causa enfermedades cardíacas, cáncer e incluso Alzheimer. Weil está convencido de que ciertos alimentos pueden combatir esta inflamación sistémica y en su dieta promueve su consumo.
"La intención de la dieta antiinflamatoria, no es ser un programa de pérdida de peso (aunque las personas pierden peso con ella), ni es un plan para seguir durante un período limitado de tiempo. Más bien, es un estilo de vida, una forma de seleccionar y preparar los alimentos sobre la base del conocimiento científico respecto a cómo pueden ayudar al cuerpo a mantener una salud óptima. Además de influir en la inflamación, esta dieta provee energía constante, variadas vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, fibra dietética y fitonutrientes protectores", sostiene el médico.
La dieta antiinflamatoria opera a nivel bioquímico. "La ingesta de altos niveles de grasas saturadas, grasas trans y azúcares refinados, causa inflamación. Mientras tanto, la glucosa contenida en los alimentos no puede ser transportada a las células cuando el cuerpo está inflamado, lo que significa que el cerebro no registra su consumo. El resultado: la persona se siente cansada, hambrienta y más propensa a los antojos, lo cual reinicia el ciclo", señala Weil. De esta manera, la clave para seguir este régimen está en eliminar de la dieta las grasas saturadas, las grasas trans y el azúcar, e incorporar aquellos alimentos que ayudan a reducir la inflamación.
Sus principios
Los beneficios para la salud que implica la dieta, no requieren hacer grandes cambios en el menú diario, sino seguir algunos principios básicos:
Coma de forma variada.
Opte por alimentos frescos.
Minimice el consumo de productos procesados y comida rápida.
Limite el consumo de carnes rojas, productos lácteos, grasas saturadas, y grasas trans.
Evite comer alimentos elaborados con harina, jarabe de maíz de alta fructosa y azúcar.
Cocine los alimentos con aceite de oliva en lugar de aceite vegetal.
Aumente el consumo de ácidos grasos omega-3 de buena calidad.
Limite el consumo de proteína animal (en su lugar, consuma proteínas vegetales).
Coma mucha fibra cada día (frutas, verduras y granos integrales).
Coma orgánico tanto como sea posible.
Añada a su dieta los alimentos hechos con soja.
Evite beber café, (en su lugar, tome té verde o blanco).
Beba 8 vasos de agua pura (sin cloro) por día.
Consuma frutas y vegetales de colores intensos y variados.
La dieta antiinflamatoria está inspirada en la dieta mediterránea, que en 2010 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La idea es que quienes la sigan, consuman entre 2.000 y 3.000 calorías por día, dependiendo de su sexo, contextura y nivel de actividad física. Según explica su creador, entre un 40 y 50% de las calorías debería provenir de los carbohidratos, un 30% de las grasas y de un 20 a 30% de las proteínas. Asegure estas proporciones.
La recomendación es mezclar en todas las comidas los tres nutrientes, tomar agua pura o bebidas compuestas mayormente por agua (té, jugos de frutas diluidos, agua mineral con limón) a lo largo del día. Si se bebe alcohol, lo ideal es que sea vino tinto, por el efecto antioxidante del resveratrol. La dieta antiinflamatoria le otorga mucha importancia a las hierbas y a las especias, como el ajo, el jengibre, la canela o la cúrcuma, las cuales ayudan a reducir la inflamación de forma natural.
Con una dieta antiinflamatoria, la mayoría de la gente nota un cambio en las próximas semanas. Algunos de los beneficios: reducción del dolor en caso de artritis, la depresión y los niveles de colesterol, prevención de enfermedades crónicas, sensación de bienestar general.
Dr. Ángel Grande
Director Médico