• Qué ofrecemos
  • La dieta
  • Qué ofrecemos

    Control de la inflamación celular

    Es parte de la Medicina Antienvejecimiento. La inflamación celular se produce por el desequilibrio entre los ácidos grasos de las membranas celulares, lo que ocasiona que las células comiencen a perder capacidad para intercambiar fluidos con su entorno, afectando su capacidad para nutrirse, para eliminar las toxinas celulares y para comunicarse (células cerebrales). Es responsable del deterioro degenerativo que van sufriendo nuestros órganos. La membrana celular es la parte fundamental de las células, y su permeabilidad es garantía del buen funcionamiento orgánico.

    Durante los distintos estadios de la inflamación celular, los síntomas (dolores de cabeza, obesidad, sobrepeso, falta de concentración, falta de memoria, depresión, piel reseca, cabello débil, uñas quebradizas, sangrado de encías, hemorroides, estreñimiento, urticarias, dermatitis, dolor de articulaciones, insomnio, etc.) suelen pasar desapercibidos y no sugieren una visita al médico. Esta etapa se denomina “Inflamación silenciosa”.

    Prevención de enfermedades crónicas

    La palabra dieta deriva del latín diaeta y significa estilo de vida. El objetivo de la Dieta Antiinflamatoria es la prevención de enfermedades crónicas mediante la alimentación (eliminando alimentos que producen inflamación en las células del organismo), la suplementación adecuada (de nutrientes que no consumimos o lo hacemos en cantidad insuficiente), la actividad física moderada y el control del estrés.

    La inflamación celular, si no es controlada, nos puede llevar a padecer enfermedades crónicas tales como cardiopatías, problemas de circulación, derrames cerebrales, tumoraciones, diabetes, hígado graso, alzhéimer, párkinson, reumas, enfermedades autoinmunes, entre otras.

    Acuda a nosotros para determinar su grado de inflamación celular e iniciar un tratamiento preventivo antes de que tenga problemas serios en su salud.

    Tratamiento del sobrepeso y la obesidad

    Si hablamos de enfermedades crónicas, debemos mencionar a la obesidad y el sobrepeso como factores desencadenantes de muchas de ellas (cardiopatías, tumoraciones, enfermedades autoinmunes, diabetes, etc.), así como de una disminución en la calidad de vida.

    Nuestros expertos en obesidad y nutrición aconsejan como primera medida disminuir el nivel de inflamación celular para poder controlar luego el sobrepeso y la obesidad sin “efecto rebote”.

    Trastornos alimentarios y adicción a la comida

    Un trastorno alimentario es una enfermedad relacionada con la alteración de los hábitos alimenticios comunes, causada por la ansiedad y por una preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico.

    La persona que padece algún trastorno alimentario basa en la comida (a la que otorga un significado especial) todos los pensamientos y actos que forman parte de su cotidianeidad, sintiéndose hiperdependiente de aquella, con lo cual el alimento se convierte en el eje a partir del cual gira su vida y su mundo de relación. Las conductas alimenticias pueden o no alterarse voluntariamente, estando sujetas a diversos factores internos y externos, como el nivel de autoestima, las presiones familiares, la frustración por el sobrepeso, etc.

    Nuestro tratamiento personalizado incluye una consulta de apoyo con nuestra psicóloga (orientación cognitivo conductual) como primera medida para disminuir el nivel de ansiedad e iniciar una nueva etapa para combatir los trastornos alimentarios.

    Alimentación y equilibrio emocional

    Una persona está predispuesta o es vulnerable al desarrollo de un trastorno alimentario como resultado de una combinación de factores (individuales, familiares y socioculturales) que la predisponen a la mayoría de las psicopatías alimentarias. En general, entre un 40% y un 80% de todos los pacientes con trastornos del comer experimenta depresión.

    Algunos expertos sostienen que la depresión no desempeña un papel causal, ya que los trastornos rara vez se curan sólo con tratamientos antidepresivos. Sin embargo, las tendencias depresivas constituyen un factor de riesgo que predispone a caer en enfermedades relacionadas con la alimentación. Los trastornos de ansiedad son también muy comunes en las psicopatologías alimentarias, así como las fobias y el trastorno obsesivo-compulsivo, los cuales preceden por lo general el inicio del trastorno del comer.

    Nuestro tratamiento personalizado incluye una consulta con nuestra psicóloga (orientación cognitivo conductual) como una primera medida para disminuir el nivel de ansiedad e iniciar una nueva etapa para combatir las patologías alimentarias.

    Actividad física controlada

    La actividad física, practicada con regularidad y moderación, es muy recomendable desde el punto de vista médico, ya que puede ayudar a mejorarse de muchas enfermedades. Desde el punto de vista psicopedagógico, la actividad física ayuda a controlar estados emocionales como depresión, estrés y ansiedad.

    Hay una estrecha relación entre el ejercicio físico y la depresión porque a mayor ejercicio menor depresión. Este fenómeno se puede explicar desde los puntos de vista médico (ayuda a mejorar los problemas de salud) y psicológico (el ejercicio físico impide los pensamientos negativos y aumenta la autoestima).

    Sin embargo, tiene sus riesgos, como la dependencia a la actividad física. Practicado de manera obsesiva, por razones de peso, tono muscular o atractivo personal, está directamente relacionado con trastornos alimentarios e insatisfacción de la imagen corporal. Esto supone que al suspender bruscamente la actividad física se produce la recuperación del peso.

    En cambio, una práctica regular y moderada del ejercicio físico con el fin de mantenerse en forma y no de adelgazar obsesivamente es muy beneficiosa tanto psíquica como físicamente.

    Nutrición Deportiva y Suplementos Dietarios

    Una correcta alimentación permite al deportista retrasar la fatiga y optimizar el rendimiento físico.

    La base de la dieta del deportista debe ser equilibrada, energética y acorde a las necesidades de cada persona, según sea el tipo, el momento, la duración y las condiciones del ejercicio. Se debe cubrir y garantizar un buen aporte de hidratos de carbono, proteínas y grasas junto con las vitaminas y minerales.

    La hidratación es un aspecto clave, puesto que si el organismo está bien hidratado y nutrido, el rendimiento, la resistencia y la velocidad no se verán afectados. La suplementación es muy importante cuando la dieta presenta deficiencias en el aporte de alguno de los nutrientes (ácidos grasos, vitaminas, minerales u otros).

    Se aconseja el consumo de suplementos de calidad certificada (Premium), libres de impurezas (Mercurio, PCB, Dioxinas y Furanos, entre otros contaminantes) y con una concentración adecuada.

    Nuestro equipo de expertos en entrenamiento deportivo orientará adecuadamente al deportista sobre todos estos temas, tanto si es de alta competencia como si sólo desea una rutina de actividad física para sentirse en óptimo estado.

  • La dieta antiinflamatoria

    Pirámide Nutricional Dr. Weil

    Su objetivo no es lograr una baja de peso (aunque igual se pierden kilos), sino ayudar al cuerpo a disminuir la inflamación que ocurre producto del consumo de alimentos no saludables. Está inspirada en la dieta mediterránea.

    La mayoría de las veces, la palabra "dieta" (del griego: estilo de vida), se asocia con restricciones a la cantidad de calorías que se ingieren, con el objetivo de perder peso. Sin embargo, no todos los regímenes tienen como objetivo que la persona adelgace, sino que también existen aquellos orientados a mejorar el estado de salud en general. Es el caso de la denominada dieta antiinflamatoria, creada por el estadounidense Andrew Weil, médico y biólogo de la Universidad de Harvard.

    El Dr. Weil postula que la inflamación crónica que ocurre en el interior del cuerpo, producto de factores como el estrés, la falta de ejercicio, la predisposición genética, la exposición a factores medioambientales y toxinas, y también a malas elecciones en los alimentos que se consumen, perjudica al organismo y causa enfermedades cardíacas, cáncer e incluso Alzheimer. Weil está convencido de que ciertos alimentos pueden combatir esta inflamación sistémica y en su dieta promueve su consumo.

    "La intención de la dieta antiinflamatoria, no es ser un programa de pérdida de peso (aunque las personas pierden peso con ella), ni es un plan para seguir durante un período limitado de tiempo. Más bien, es un estilo de vida, una forma de seleccionar y preparar los alimentos sobre la base del conocimiento científico respecto a cómo pueden ayudar al cuerpo a mantener una salud óptima. Además de influir en la inflamación, esta dieta provee energía constante, variadas vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, fibra dietética y fitonutrientes protectores", sostiene el médico.

    La dieta antiinflamatoria opera a nivel bioquímico. "La ingesta de altos niveles de grasas saturadas, grasas trans y azúcares refinados, causa inflamación. Mientras tanto, la glucosa contenida en los alimentos no puede ser transportada a las células cuando el cuerpo está inflamado, lo que significa que el cerebro no registra su consumo. El resultado: la persona se siente cansada, hambrienta y más propensa a los antojos, lo cual reinicia el ciclo", señala Weil. De esta manera, la clave para seguir este régimen está en eliminar de la dieta las grasas saturadas, las grasas trans y el azúcar, e incorporar aquellos alimentos que ayudan a reducir la inflamación.

    Sus principios

    Los beneficios para la salud que implica la dieta, no requieren hacer grandes cambios en el menú diario, sino seguir algunos principios básicos:

    Coma de forma variada.

    Opte por alimentos frescos.

    Minimice el consumo de productos procesados y comida rápida.

    Limite el consumo de carnes rojas, productos lácteos, grasas saturadas, y grasas trans.

    Evite comer alimentos elaborados con harina, jarabe de maíz de alta fructosa y azúcar.

    Cocine los alimentos con aceite de oliva en lugar de aceite vegetal.

    Aumente el consumo de ácidos grasos omega-3 de buena calidad.

    Limite el consumo de proteína animal (en su lugar, consuma proteínas vegetales).

    Coma mucha fibra cada día (frutas, verduras y granos integrales).

    Coma orgánico tanto como sea posible.

    Añada a su dieta los alimentos hechos con soja.

    Evite beber café, (en su lugar, tome té verde o blanco).

    Beba 8 vasos de agua pura (sin cloro) por día.

    Consuma frutas y vegetales de colores intensos y variados.

    La dieta antiinflamatoria está inspirada en la dieta mediterránea, que en 2010 fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

    La idea es que quienes la sigan, consuman entre 2.000 y 3.000 calorías por día, dependiendo de su sexo, contextura y nivel de actividad física. Según explica su creador, entre un 40 y 50% de las calorías debería provenir de los carbohidratos, un 30% de las grasas y de un 20 a 30% de las proteínas. Asegure estas proporciones.

    La recomendación es mezclar en todas las comidas los tres nutrientes, tomar agua pura o bebidas compuestas mayormente por agua (té, jugos de frutas diluidos, agua mineral con limón) a lo largo del día. Si se bebe alcohol, lo ideal es que sea vino tinto, por el efecto antioxidante del resveratrol. La dieta antiinflamatoria le otorga mucha importancia a las hierbas y a las especias, como el ajo, el jengibre, la canela o la cúrcuma, las cuales ayudan a reducir la inflamación de forma natural.

    Con una dieta antiinflamatoria, la mayoría de la gente nota un cambio en las próximas semanas. Algunos de los beneficios: reducción del dolor en caso de artritis, la depresión y los niveles de colesterol, prevención de enfermedades crónicas, sensación de bienestar general.


    Dr. Ángel Grande
    Director Médico